Monday, October 03, 2005

En la misma olla

En una de las primeras campañas electorales del chavismo, la prensa y (al menos una parte de) la sociedad venezolana se mostró horrorizada ante una propaganda en que Chavez prometía freír las cabezas de los adecos, su principal oponente electoral en ese momento. Como bien sabemos ahora, el resultado de aquella elección (y de las demás) hizo de la figurada fritanga una realidad indiscutible. El chavismo es una establecida fuerza política, adecos fritos de por medio, o no. Lo que me motiva a escribir estas líneas, aun siendo opositor al MVR, es sugerirles otra imagen para las futuras elecciones. Esta vez la del sancocho, mas específicamente un cruzado. Porque se me hace difícil encontrar otra metáfora que describa la alianza que la oposición parece haber logrado, poniendo tanto tiburón, pollo y ternera juntos, en una muy difícil de imaginar (demos gracias a que la realidad siempre supera la imaginación) olla. O calderote.

En un alarde de justicia uno debe reconocer que a diferencia de las fritangas adecas, esta vez no es el chavismo el directo responsable del sancocho que se avecina. Todo lo contrario, el sumergirse en esa multisápida olla es obra exclusiva de la oposición, que parece haber logrado uno de los objetivos que tan difíciles parecían, una coalición antichavista. Por supuesto, el cálculo político detrás de semejante olla es que si toda la oposición se cuenta, es mayoría. Asi que si todos esos partidos van juntos a elecciones, podrán derrotar a Chavez.

Por supuesto que a nosotros opositores del actual gobierno nos encantaría derrotarlo en elecciones. Pero supongamos por un momento que los sueños de esta oposición unida se cumplen. Supongamos que una mañana nos despertamos después del conteo de rigor, y amanecemos en un país sin mayoría emeverrista en el congreso, con un grupo unido de adecos, copeyanos, masistas y tantos otros, dispuestos a dar la necesaria vuelta de página. ¿Qué agenda común de reforma puede tener un club como ese? ¿A que sabría la sustancia de la sopa?

Esta pregunta, en mi opinión, nos enfrenta una vez más al fundamental problema de la política venezolana en los últimos años. De una manera u otra nos dejamos gobernar por cuarenta años de indistinguibles gobiernos adecos y copeyanos. Dada la incompetencia y corrupción de esta alianza, nos elegimos a un revolucionario, un borrón y cuenta nueva. Y ahora, cuando vemos repetidamente que el revolucionario nos trae mas y mas de lo mismo, enriqueciendo a sus camaradas, controlando descaradamente todo organismo con poder, y distribuyendo petrodólares sin ton ni son en el programa con mejor dinero y peor administración que el mundo haya visto, la oposición decide jugar el mismo juego que Chavez tan bien juega, y se funde en un colectivo único, antigobierno. Colectivo grisáceo, en que pocas, muy pocas ideas de futuro van mas halla del salir de Chavez. Chavez nos sacó de Punto Fijo. Quizás ahora salgamos de Chavez. Pero hacia donde vamos en cada uno de estos espasmódicos saltos, es difícil de discutir, por no mencionar predecir.

Venezuela, tal cual como me lo explico un profesor de geografía hace ya muchos años atrás, sigue manteniendo una posición geo-estratégica única en el mundo. Venezuela, aun hoy cuando la OPEP es un cartel de segunda, sigue jugando un rol fundamental en el mercado energético mundial. Y Venezuela, como ya deberíamos saber, sigue siendo un país de contradicciones, de super ricos y super pobres, que supera los más de los índices de desigualdad mundiales. La política nos debería ofrecer un horizonte, un plan de ruta, un debate en el que podamos -aunque sea una vez- discutir como usar nuestros increíbles recursos para resolver nuestros no menos increíbles problemas. Pero me parece que con el despliegue de unidad antichavista que la oposición hace hoy, aun estamos muy lejos de tener políticos que nos ofrezcan visiones alternativas, y seguimos teniendo políticos que buscan desplazar al contrario, como sea.

Este cruzado electoral, pues, es más de lo mismo. Quizás hasta gane las elecciones, y balancee un poco el monstruoso despliegue de poder de Chavez sobre el estado. Pero aquí en la calle seguimos esperando un camino, que nos saque de tanta pobreza. Pobreza de ideas.