Constituciones consultadas

Con casi un mes sin concentrarme realmente en las noticias que me llegan de sur américa quizás tenga la ventaja que a la hora de escribir esta columna, no cuento con ningún suceso que me inspire a comentarlo. Y digo que es una ventaja porque, para variar, me encuentro forzado a pensar un poco mas en general sobre las ultimas tendencias de nuestro sufrido continente.

Peor, o mejor, aun. Encontrándome en el centro del torbellino europeo, donde dos ultra europeistas países han rechazado una nueva constitución, me motiva a pensar como sur américa plantea sus propios planes de futuro federales, o constitucionales. Hace un par de días, escribiendo una columna sobre la constitución europea, intentaba yo comparar con el proceso constitucional de venezuela, pocos años atrás. Un extremadamente popular presidente llamó a sus adláteres a escribir una nueva constitución. Independientemente del desorganizado proceso, el producto fue aprobado casi por aclamación. ¿Que pasa en Europa, que hemos rechazado un pedazo de legislación mucho más pensado que la famosa constitución bolivariana de venezuela? ¿Es que realmente necesitamos a un carismático líder que nos convenza de lo que tenemos que votar? ¿Será que todos los estereotipos de republicas bananeras sur americanas son ultimadamente ciertos, ya que solo allí se le hacen los gustos a los gobernantes?

Obviamente, creo que no. Por uno, es extremadamente obvio que el negativo voto europeo es una reacción a lo (in)popular de sus gobiernos. Ni el gobierno holandés ni el francés gozan de popularidad alguna, mientras que el español sí. Si la medida de la bananalidad de un pueblo es su ciega obediencia, o su ciego rechazo a su gobierno, europa es no ya una republica bananera, pero un conjunto de republicas y monarquías adictas al amarillo fruto. Pero en segundo lugar es interesante preguntarse sobre el impacto que este europeo rechazo a una constitución, y por ende a un acelerado y mejorado proceso de unificación europea, tiene en la construcción de mejores y mas cercanas relaciones interamericanas. Pongamos por ejemplo la pregunta: Ahora que Chávez es otro jugador de peso en la construcción del manido MERCOSUR... como manejan los estrategas americanos el espinoso tema de mayor colaboración entre naciones tradicionalmente opuestas, y hasta enemigas?

La respuesta es, sin duda alguna, que los negociadores sudamericanos aprenden de sus colegas europeos. O nunca han olvidado lo que sus colegas se dieron el lujo de obviar, en un lapsus mentis sin igual. Porque lo que uno ve en sur américa es que a cada intento de Chavez de acelerar el proceso, con rimbombantes alusiones a la unidad americana, a la lucha contra el común enemigo norteamericano, o cualquier de los manidos slogans a los que nos tiene acostumbrado, le sigue un rumor de aclaración y disminución de tono. Cada vez que Chávez se autodenomina campeón del unionismo americano, le seguirá un funcionario de alto rango argentino, o brasileño, explicando que el MERCOSUR es un largo proceso, que aun no se consolida, que ha de considerarse y trabajarse... y demás.

Y es que este duro rechazo a la constitución europea trae una clara lección a los ingenieros de continentes. Los estados naciones, esas supuestas creaciones de hace pocos siglos, no existen en vano. La identidad nacional aun juega, y jugará por largo tiempo, un papel importante en la toma de decisiones del ciudadano corriente. Antes del referéndum mucho se hablaba en europa de reducir el desinterés del ciudadano europeo en su propia política. El referéndum serviría como herramienta en lograr ciudadanos más conscientes de sus políticos. Así esos políticos pusieron su opera magna a la consulta de sus pueblos. Y recibieron un contundente rechazo.

Creen ustedes que los políticos europeos están ansiosamente preparando el próximo referéndum? Creen que en este panorama internacional los panamericanistas están planeando una amplia consulta de sus planes, respecto al MERCOSUR y tantos otros tratados económico-sociales a través de los países americanos?

Yo creo que no.