Wednesday, October 18, 2006

Sin aviones y sin votos: las armas no llegan

a Alberto Arevalo


En Europa han habido pocos cambios políticos tan abruptos e inesperados como la llegada al poder del actual gobierno español Los socialistas lograron votos que ninguna encuesta predijo, luego del brutal atentado en la estación de trenes de Atocha, y la igualmente brutal torpeza del previo gobierno -favorito en las encuestas- al tratar de identificar como autores del atentado a su archienemigo ETA, cuando casi inmediatamente se hizo obvio que la autoría correspondía a terroristas musulmanes, antes que vascos. El error político le costo a el Partido Popular las elecciones. Pero la cosa no quedo ahí. Poco después de tomar las riendas del gobierno, los socialistas del PSOE decidieron retirar las tropas españolas de Iraq, dándole otra sorpresa a la política internacional. Desmarcándose de la administración Bush, Zapatero como presidente recién electo de España sentó precedente de independencia inesperada. Y quizás para ponerle la crema al postre, en 2004 decidió el gobierno español venderle a Venezuela los famosos aviones de la industria espanhola CASA, venta que desde el principio fue combatida por la administración Bush. Esta vez con un argumento de poder: los aviones en cuestión poseen equipo norteamericano, que puede ser denegado a regímenes hostiles.

Y hostil es, sin duda alguna, el gobierno chavista a la administración Bush. Así que, atrás en 2004, la comedia internacional, quiero decir la política exterior de alto nivel, fue digna de seguirse por un par de semanas. Ministros de exterior y defensa españoles venezolanos y norteamericanos intercambiaron visitas, la prensa escribió cientos de reportajes y especulaciones, y mas de uno de nosotros, lectores, nos preguntábamos: Y ahora que? Podrá Zapatero estirar su soberanía tan lejos? Lograra Chavez otro éxito, comprando aviones gringos para defenderse de... la inminente invasión gringa? O ganara el lobby de Rice finalmente una victoria internacional, denegando el contrato hispano venezolano? La respuesta, ya la sabemos. El campeón de los desposeídos y el flamante gobierno español hicieron historia, firmando por encima de la omnipresente águila norteamericana un acuerdo de venta. Gran regocijo, y sacadas de lengua al texano toxico.

Bueno, como dice la abuela de Ruben Blades, el que ríe de ultimo ríe mejor. Hoy en El País viene la noticia que aunque no en primera plana, hecha otro balde de agua fría a las ambiciones internacionalistas de la revolución bolivariana. Los aviones, mi general, no vienen. Las armas no llegan. Al menos, no de España. Y los votos, compañero, tampoco. Al parecer es conocido que el gobierno de Zapatero vota por Guatemala para el consejo de seguridad de la ONU. Vuelven caras los españoles. Quizás la barra brava del chavismo intente una versión de aquella eponima pitada habanera después de la crisis de los misiles. Entonces se escuchaba “Krushchev mariquita, lo que se regala no se quita”. Aunque algunos de nosotros estemos pensando mas bien en el pasodoble aquel “el cariño verdadero, no se compra ni se vende”

Las razones técnicas para cerrar el contrato que dotaría a Venezuela de los aviones son claras, ya que el reemplazo del instrumental norteamericano por otro pone el precio de las maquinas por encima de lo pactado. Sin embargo este calculo es conocido desde el primer día del affaire. Es evidente que en el camino de 2004 hasta hoy han habido algunos otros cambios que afectan la relación política de Venezuela y España. Y prueba de ello es el apoyo español a la candidatura guatemalteca al consejo de seguridad de la ONU. Si Zapatero quería demostrar su independencia política de Estados Unidos, nos dice el discurso oficial de Chavez, debería votar por Venezuela, y no por Guatemala. Es entonces y después de todo la administración española otro lacayo del imperio?

Es la opinión de este columnista que la política internacional, a pesar de todo el análisis chavista de imperio contra el resto del mundo, conoce mas grises que los blancos y negros del dúo Hugo-Maduro. Quizás ahí recaiga la tragedia chavista, no solo en la arena internacional, sino en casa. Juan Manuel Serrat dijo, alguna vez, que hay momentos para todo. Chavez, igual que Bush, ha ganado muchas elecciones con su discurso polarizado. El gran logro de Chavez, de hecho, es recordarnos a los venezolanos la ingente deuda social del puntofijismo, con los millones de desposeídos económicos, y peor aun, desposeídos de reconocimiento político Pero el reconocimiento de la desigualdad no basta. Chavez no le ha dado a Venezuela una voz seria en la política internacional. La misión Consejo de Seguridad no ha dado frutos y hoy hasta Zapatero nos voltea la cara. Los resultados de las otras multimillonarias misiones están a punto de ser evaluados, ya no en la ONU, sino aquí en casa. Las armas, mi comandante, ya no llegan. Y los votos?

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